U2. El alumnado de FIPA

Introducción

El alumnado que realiza enseñanzas iniciales responde a los cambios que se han operado en nuestra sociedad durante los últimos años. Diversos colectivos sociales forman el alumnado de estas enseñanzas, y esta heterogeneidad se traslada a los mismos intereses del alumnado, las características de su aprendizaje, así como las dificultades que obstaculizan su progreso educativo.

En esta unidad realizaremos una breve reflexión sobre los elementos que integran esta heterogeneidad, no tanto con ánimo de definirlos de manera exhaustiva, como el de habituarse a incorporar en la práctica educativa la consideración de estas diferencias.

Contenidos

La realidad social en Aragón ha cambiado en los últimos años, y con ello también es diferente la percepción que se tiene de las enseñanzas iniciales. Si hace unos años se identificaba este nivel de Educación de Personas Adultas con la alfabetización, en la actualidad la Formación Inicial para Personas Adultas tiene una dimensión más amplia y más compleja. Por un lado se han incorporado las personas inmigrantes extranjeras, de las cuales un buen número son analfabetas en su origen, y otras , sabiendo leer y escribir en sus países de origen, desconocen nuestra grafía, constituyendo dos grupos que responden de diferente manera a las estrategias de formación inicial. Se sigue atendiendo a personas que engrosan entornos sociales desfavorecidos, económica o culturalmente, personas con riesgo de exclusión social que suman la dificultad de tener una baja o nula escolarización. Es frecuente encontrar en los diferentes grupos de enseñanzas iniciales a personas con necesidades educativas especiales. Surgen así objetivos ya no sólo educativos sino también de integración social.

A pesar de una mayor generalización de la enseñanza básica, la realidad nos ha devuelto a los centros de EPA a jóvenes que aun habiendo estado escolarizados, muestran carencias formativas de base, sobre todo en aspectos instrumentales. Son los llamados analfabetos de retorno, que fuera del mercado laboral y sin formación profesional, deben retomar aprendizajes básicos para afrontar vías de formación que les oriente en el mundo del trabajo.

Tenemos una población envejecida, en muchos casos nutrida de personas que en su juventud fueron inmigrantes nacionales o hijos de estos, con escasa o nula escolarización, y que a medida que van dejando atrás las obligaciones laborales van acudiendo a los centros de EPA con la ilusión de aprender todo aquello que en su infancia les fue negado.

Múltiples perfiles, diversas historias que reflejan una gran variedad de ilusiones, limitaciones, experiencias, motivaciones. Cada uno de estos grupos tiene su ritmo de aprendizaje y maneja una bagaje distinto de herramientas cognitivas personales con las cuales asistirá a clase.

Las condiciones de trabajo o en edad de jubilación influirá decisivamente en la asistencia a clase. La percepción de sus progresos estará siempre vinculada a la practicidad de los aprendizajes. La urgencia en alcanzar unas metas serán, para algunas personas, motivo de estimulación o de desánimo.

El equipo docente de Enseñanzas iniciales afronta nuevas necesidades de su alumnado que deberá articular programas específicos de alfabetización y, posteriormente, para aquellas personas que así lo requieran, consolidación de conocimientos para acceder a otros niveles educativos como ñas Competencias Clave, Certificados de Profesionalidad, acceso a ciclos formativos o la ESPA.

Se trata de alumnado que no sólo necesitará saber leer y escribir. También dominar herramientas que les permitan entender el mundo que les rodea, participar socialmente en él. Deberán aprender a ser autónomos en la adquisición de nuevos aprendizajes.

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