Ambientación sonora
La ambientación musical utilizada en el cine y la publicidad busca captar de un fragmento musical su sentido expresivo. Podemos reconocer el sentido anímico (alegría, tristeza, dolor, etc.) y el sentido imitativo (humorismo, calma, energía, grandiosidad, naturaleza, belleza, nobleza, colorido, etc.) de cualquier música que escuchemos, la que es posible relacionar con los distintos estados anímicos.
Según lo que predomine en cada fragmento musical se produce una sensación del oyente:
- La tesitura aguda y la tonalidad mayor, a menudo, nos producen la sensación de claridad lo que relacionamos con expresiones agradables.
- La tonalidad menor, en general, la relacionamos con expresiones de aflicción y tristeza.
Los sonidos de tesitura grave producen,
- en modo mayor, sensaciones de tranquilidad, paciencia, deseo, honor, orgullo...
- y en modo menor turbación, temor, desaliento, sospecha, cansancio...
- Los sonidos extremos (subgrave y sobreagudo) con armonía atonal producen sensación de terror, pesadumbre, maldad...
Por supuesto ningún estado de ánimo, triste o alegre, superficial o profundo, juguetón o soñador... puede ser evocado por características de sonido aislado, dependerá mas bien, en general, del giro melódico, de la armonía, del ritmo, del movimiento, de los matices dinámicos, es decir, del conjunto.
Es importante entender que el silencio es también parte de la música, pues como en todas las ecuaciones la música necesita sus ceros.