8.1 Principios generales e introducción en el aula

Cada lengua que hablamos tiene su propio ritmo, organizado en fonemas, sílabas, palabras, frases etc. Cuando hablamos tenemos un ritmo (en algunos tratados se habla de cadencia, aunque nosotros preferimos dejar esa palabra al campo de la armonía), que puede variar en su articulación según las ideas que queramos transmitir. En el caso de la lengua castellana podemos determinar la sílaba como la unidad mínima de expresión rítmica.

La palabra es un elemento rítmico más, ya que cuando cantamos una canción el ritmo de la misma viene determinado por la palabra. Por ello no será de gran utilidad comenzar a trabajar el ritmo de la palabra de manera previa a la canción, repitiendo con golpes rítmicos pequeñas palabras frases o ideas, llegando incluso a tener un diálogo fluido con el niño. Usando la rica prosodia que nuestra lengua nos da, podremos introducir al niño en una gran variedad de ritmos y acentuaciones.

Para muchas metodologías, el ritmo del lenguaje es la base del desarrollo rítmico en el niño. Para nosotros es un complemento al mismo, siendo de mayor importancia por ejemplo el movimiento corporal, la respiración o los choques rítmicos. En el siguiente video podéis ver cómo introducir los golpes de la lengua hablada, como relacionarlos con los golpes rítmicos y qué relación tienen con la canción.

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