3.1. Principios generales
A la hora de realizar percusiones rítmicas sobre nuestro propio cuerpo o con cualquier otro objeto (como puede ser con las manos sobre la mesa o con los pies sobre el suelo) hemos de conocer y manejar en profundidad los tres principios fundamentales que rigen cualquier tipo de choque físico; impulso, impacto y rebote. Estos tres momentos se encuentran presentes siempre en la práctica rítmica, siendo también la base en cualquier técnica instrumental.
Impulso. Uno de nuestros primeros y principales objetivos a la hora de realizar choques rítmicos es que los niños estén relajados muscularmente y que usen la mínima fuerza a la hora de coger el impulso necesario para realizar un golpe, utilizando sólo las partes del cuerpo que son meramente imprescindible para ese choque rítmico en concreto.
Choque o impacto. En segundo lugar, una vez que hemos “armado” la parte del cuerpo que queremos mover para realizar la percusión rítmica (mano, brazo, dedo, pie, etc), hemos de usar la fuerza necesaria para realizar el golpe, bien sea sobre nuestro propio cuerpo o sobre cualquier otra superficie. Para ello, haremos en primer lugar los choque rítmicos hacia abajo, es decir, en la dirección de la fuerza gravitatoria. De esta manera los niños aprenderán a usar la fuerza de la gravedad como una aliada a la hora de realizar el choque rítmico. Es mucho más difícil golpear rítmicamente con nuestras manos un objeto hacia arriba o hacia los lados que hacia abajo.
Rebote. Por último, cuando el cuerpo del niño impacta sobre otro objeto (o el mismo cuerpo) se produce un intercambio de energía entre el cuerpo que ha impactado y la superficie de impacto, lo que en física se denomina “choque elástico” y en nuestro vocabulario musical rebote. Usar la energía de rebote (retroceso) relajando el cuerpo y aprovechando esa energía para impulsarnos de nuevo si quisiéramos, es fundamental para conseguir la mayor agilidad rítmica posible.
En el video de esta sección veremos con mucha más claridad a qué nos referimos físicamente.