1 Principios generales
El origen de la palabra ritmo la encontramos en el griego rythmós cuya raíz es rhêo (yo corro), reflejándose así desde su origen etimológico la indivisibilidad entre movimiento y ritmo. Es el elemento prioritario de la música, pues sin él no sería posible la melodía ni armonía. Es el motor que hace que todo se mueva, el tiempo, el espacio, el cuerpo, el sonido, etc. Por lo tanto hemos de centrar nuestros esfuerzos físicos a hacer que el niño descubra su ritmo interior, el de sus pasos, el de su respiración y su pulso y lo ponga en común con el ritmo que lo rodea, el ritmo del día y la noche, el devenir de los minutos, segundos, de la naturaleza etc.
El ritmo musical no es más que la conjugación de esos dos ritmos; el ritmo interno del ser humano y el ritmo del mundo que nos rodea. Como elemento puramente físico, el ritmo conlleva movimiento y por lo tanto hemos de prever un espacio en el aula para el mismo. Igualmente, ese movimiento global del cuerpo se concretará en los choques rítmicos, en percusiones sobre nuestro cuerpo y posteriormente con elementos externos (instrumentos de percusión).
Siguiendo el planteamiento pedagógico y musical que se transmite en este curso, los elementos humanos propios de los niños siempre precederán a los elementos externos. De este modo, al igual que en al apartado melódico, utilizaremos antes el aire de nuestro cuerpo para cantar que para hacer sonar un instrumento, usaremos nuestro cuerpo para realizar ritmo con él, antes que tocar un instrumento de percusión.
Los elementos rítmicos naturales y básicos que posee el cuerpo del niño y que hemos de despertar y ordenar son la respiración, el caminar y el pulso. Para ello comenzaremos de lo global a lo concreto, es decir, usando todo el cuerpo en el movimiento hasta pasar a las percusiones concretas con las extremidades del mismo.
Para desarrollar todos los elementos rítmicos es aconsejable que, al igual que dedicamos un tiempo en todas las sesiones al desarrollo melódico, dediquemos un tiempo y espacio en todas las sesiones al ritmo. Este tiempo dependerá de las características de nuestro grupo así como del espacio que dispongamos en clase. Es aconsejable tener al menos en cada sesión de 5 a 10 minutos de movimiento y otros 10 minutos para las percusiones rítmicas y los modos rítmicos sobre las canciones.