2.2. Actividades de audición recomendadas

El tiempo dedicado al entrenamiento auditivo-vocal, a través de diferentes actividades que desarrollaremos a continuación, no debe ser inferior a un tercio del tiempo total de clase. En una sesión de 60 minutos lo ideal será hacer un trabajo melódico de entre 20 y 30 minutos, entre los que incluiremos:

  • Audición,
  • Conciencia del movimiento melódico pancromático,
  • Calentamiento vocal,
  • Reproducción e invención de melodías y canciones.

Independientemente del nivel con el que estemos trabajando en primaria, hemos de guiar a los niños a descubrir los elementos naturales con los que pueden realizar música, comenzando con los que ellos mismos poseen: en el ámbito melódico es la voz; en el ámbito rítmico es el paso y la respiración. Conseguiremos así desarrollar su musicalidad interior y para más tarde poder volcarla en elementos exteriores, tales como instrumentos musicales, o elementos digitales.

Es aconsejable utilizar instrumentos acústicos para realizar las diferentes actividades de audición, pues poseen una riqueza armónica natural mucho mayor que los instrumentos electrónicos, lo que les ayudará a descubrir el sonido en profundidad, con un sinfín de matices y colores.

Las campanas son objetos sonoros acústicos con una gran riqueza melódica, con muchos armónicos, diferentes timbre, alturas, registros y se pueden encontrar fácilmente. Son económicas y existen de diferentes tamaños y diseños. Pueden tener un registro variado y pueden ser tocadas por los niños.

Por supuesto se pueden usar otros tipos de objetos sonoros, los cuales tienen diferentes virtudes y defectos. Los instrumentos de percusión en general son tocables por los niños pero no tienen una gran riqueza armónica ni melódica, teniendo muchos de ellos sonidos indeterminados. Los instrumentos de viento son muy interesantes desde el punto melódico, pero el profesor no puede cantar simultáneamente y recordamos que nuestra voz ha de ser la primera referencia melódica.

Con las campanas, además de llamar poderosamente su atención, podemos realizar diversas actividades para desarrollar su capacidad de escucha y su sensibilidad hacia el sonido. Una de las más sencillas y efectivas en clase es el reconocimiento de una de las campanas entre varias diferentes con los ojos cerrados. En esta actividad el nivel de dificultad puede ir creciendo paulatinamente según el grupo, adivinando una campana de entre 3, 4, 5 etc, adivinar una campana entre varias muy similares, adivinar dos o tres campanas consecutivas, adivinar dos o tres campanas simultáneas, etc.

Este tipo de ejercicios de audición hacen que el niño se concentre en el sonido, descubriendo las pequeñas variaciones del mismo, y paulatinamente discerniendo variaciones de altura y timbre.

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