La actividad física

Fig.3.21. Correr- Sergio Palao. ARASAAC. Licencia CC BY-NC-SA
Imagen - Fig.3.21. Correr- Sergio Palao. ARASAAC. Licencia CC BY-NC-SA

El joven con cardiopatía debe realizar ejercicio físico, ya que mediante el juego y el deporte, como bien sabes, contribuyen a su desarrollo psíquico, físico, motriz, etc.

Fíjate que es el propio niño el que va a limitar su actividad, ya que se siente cansado, y modera la intensidad del ejercicio físico.

Sin duda, el profesor de educación física es la persona que va a tener más conocimientos, ya que los padres habrán llevado al centro un informe médico con orientaciones sobre las actividades físicas y deporte que puede realizar.

Durante el ejercicio puedes encontrarte con varias situaciones:

  1. Que el sobreesfuerzo o la competición no le permita al niño actuar como sus compañeros, por lo que tiene que adaptarse o modificarse la actividad deportiva, ya que le puede faltar la respiración, y frecuentemente en esta situación los labios y piel se vuelve de color azulado. En estos casos tienes que permitirle descansar, así como siempre que te diga que lo necesita.

  2. Que su cardiopatía le limite mucho el sobreesfuerzo, por lo que, en lugar de optar por que no realice actividad física, puedes recurrir a tu ingenio una vez más, por ejemplo nombrándole "ayudante tuyo" con una misión importante y no excluyente entre sus compañeros de clase a la hora de hacer deporte.

Tal y como te hemos dicho en el apartado de la medicación, por el uso de anticoagulantes, existen deportes menos recomendados, como son los de contacto (rugby, judo, fútbol...) y riesgo de caídas (barranquismo, escalada, patinaje, esquí...).

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