Potenciar la atención
Creemos que la atención del alumno se puede alargar. ¿Cómo?:
El alumno tiene que estar muy activo, ser el verdadero protagonista de la clase.
Variedad de actividades con frecuente cambio: actividades cortas. El profesor propone actividades y realiza pequeñas explicaciones. Aprovechar un mismo concepto para trabajarlo desde diferentes ángulos y poder adquirir una mejor comprensión del concepto.
Por ejemplo: mate del beso: ¿dónde tengo que mover mi dama para que sea mate?. Esa misma posición, pero con color distinto de las piezas. Esa misma posición la llevó a cualquiera de las otras tres bandas del tablero. La visión ya no es igual y nuestros alumnos están cambiando de perspectiva y eso les enriquece.
Pero aún hay más: piezas fantasma, buscando un grado mayor de abstracción. ¿Dónde está el rey que recibe mate? ¿Dónde está la dama que da mate? ¿Dónde está el rey que ayuda a la dama a dar mate?
No solo cambio de actividad sino también cambio de medio: tablero digital, mural, de mesa, de suelo…
Si el alumno está mirando siempre al mismo sitio se produce una fatiga que hace que pierdan su atención. Con el cambio de medio y de actividad cambian de zona de visión y de tipo de ejercicio. Por lo que su atención se mantiene activa durante más tiempo.
Pero ¡ojo! Si ves que una actividad no interesa o ha perdido su interés, no insistas. Si no te siguen los alumnos, no sirve. CAMBIA DE ACTIVIDAD.
De igual modo, no hay que “QUEMAR” actividades que funcionan. Es preferible que se queden con ganas de más.
También es importante la posición del profesor. Hay que irse moviendo para mantener la concentración de los alumnos.
De igual modo, deberíamos jugar con el cambio de posición de los alumnos: en mesas sentados, en asamblea alrededor del tablero mural, moviéndonos en el tablero de suelo, levantándose para decir una respuesta al oído al profesor,... Así favorecemos una clase dinámica, activa, en definitiva participativa.
Que el profesor plantee retos, fomente la superación va a hacer que el alumno se implique más, trabaje con una finalidad concreta y en ocasiones busqué la cooperación del compañero para lograr el objetivo.
Deberíamos transmitir a nuestros alumnos que: El valor de la superación, de tratar de ser la mejor versión de uno mismo, el esfuerzo y la perseverancia nos hace mejores.
Es algo que se puede trabajar muy bien con los ejercicios contrarreloj y que no se debería dejar de aprovechar. El aprendiz disfruta con ellos y se hace consciente de su nivel, del valor de su trabajo día a día y de sus progresos.