ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN EN CENTROS EDUCATIVOS
Algunas de las pautas y recomendaciones preventivas que hemos de conocer han de venir determinadas en primer lugar por la formación de los menores, y en segundo lugar por un seguimiento continuado en el tiempo. Algunas de ellas son las siguientes:
Es importante facilitar tanto desde la familia como desde el centro pautas de comportamiento y reiterar al menor que siempre debe dialogar con sus padres o un adulto de confianza sobre las dudas que tenga sobre su privacidad.
Los educadores deben reflexionar junto a los menores sobre los riesgos que conlleva divulgar los datos personales en Internet y deben educar en las buenas prácticas de la privacidad.
Se deben promover charlas con las familias y tutores para informar de los peligros que corren sus hijos si no gestionan bien la intimidad de éstos.
Revisar los ajustes de configuración de los perfiles en las redes sociales para comprobar que no alteran la política de privacidad y que lo que quieren que sea privado no lo pongan público.
Examinar lo que otros publican explicando el peligro de los etiquetados de terceras personas sin su consentimiento, siendo un acto denunciable, y enseñar que derechos tiene cada niño o niña respecto a su privacidad.
Desde el centro escolar, se tiene que comunicar al alumnado las responsabilidades civiles, administrativas o penales cuando se vulneran los derechos, como el del honor, la intimidad personal y familiar y la propia imagen, tanto propios como de terceros en Internet.
Proteger la información delicada, enseñando a los menores cuáles son sus derechos frente a sus datos personales y cómo pueden ejercer los mismos. Es preciso hacerles conscientes de la peligrosidad de revelar los datos a desconocidos, como no lo harían en la vida real.
Participar en el Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad en los Centros Educativos y sus Entornos, que pretende potenciar actuaciones preventivas en relación con los riesgos a los que se ven sometidos los menores y los jóvenes, en temas tan importantes como el uso de Internet y las nuevas tecnologías, entre otros.
Instalar un antivirus y actualizarlo periódicamente, poner un anti espía o antispyware que ayude a eliminar los programas espías o troyanos que puedan entrar a través de distintas páginas, actualizar el sistema operativo y las aplicaciones instaladas activando para ello las actualizaciones automáticas para evitar que a través de un fallo de seguridad del mismo alguien se pueda apoderar de datos del ordenador...
Además los adultos podemos darles una serie de consejos como:
No entrar en páginas Web sospechosas.
No facilitar nuestras contraseñas a nadie y modificarlas periódicamente.
En el uso del correo electrónico, cuando se mande una misma información a varios contactos se debe usar el CCO (correo con copia oculta) para no mostrar los contactos a los demás destinatarios.
Controlar el uso de la webcam y cuando no estén en uso, taparlas o quitarlas pues pueden ser encendidas por control remoto sin darnos cuenta.
No compartir libremente los datos de geolocalización pues todos sabrán dónde estás y dónde no.
La creencia de que los niños y adolescentes son nativos digitales, no garantiza un mayor control sobre las herramientas que utilizan, por lo que la falta de privacidad se convierte en un problema. Además su menor conciencia del riesgo, el exceso de confianza tecnológica y la necesidad de pertenencia e identificación grupal, puede aumentar los peligros que entrañan las prácticas de publicación de datos personales, imágenes y vídeos.